Hoy navegando por emol, encontré esta entrevista a mi adorado y amado Hugh Laurie.
fuente: wiken.
"POR ROBERT CRAMPTON, TIMES DE LONDRES.
Cuando Hugh Laurie venía camino a esta entrevista, fue sorpresivamente paparazzeado. Para nosotros no es sorpresivo porque por estos días Laurie es la estrella británica más grande de la TV estadounidense gracias a la serie "Dr. House". Pero para el actor sí que fue inesperada la presencia del paparazzi. Y vaya que lo molestó. "Antes las únicas personas que me prestaban atención eran quienes disfrutaban de mi trabajo", dice mientras prende el primero de muchos cigarrillos. "Ahora sucede que a las personas que me siguen poco les importa si estoy vivo o muerto, incluso probablemente quieran que me muera. Eso es algo a lo que me cuesta acostumbrarme".
- ¿Pero tienes una cobertura de prensa razonable y buena, no?
"No sé. No tengo idea. Trato de evitarla. Espero que no te ofendas, pero esta entrevista no la pienso leer".
A pesar de su molestia con el asedio que trae la fama, Laurie trata de no quejarse. "Me ha ido mejor que a muchas otras personas. El otro día fui a un pub con Kenneth Branagh (actor y director de "Mucho ruido y pocas nueces", entre otras) y un hombre le gritó: '¡Eres un cabrón!"'.
Actualmente, Laurie es uno de los cinco personajes favoritos de la TV en EE.UU. junto a Jay Leno y Oprah, según las encuestas. Esta popularidad se la debe al doctor Gregory House, su personaje en "Dr. House". Gracias a él no sólo se ha ganado el aplauso de la crítica (y dos Globo de Oro) sino también una envidiable seguridad económica: se supone que recibe US $200 mil por cada capítulo. "Eso es una exageración", aclara. "Pero es cierto que me pagan muy bien. Mi momento llegó y estaré siempre agradecido por eso", asegura.
Hasta ahora, Laurie ha hecho tres temporadas de "Dr. House", está en la mitad de la cuarta y ya firmó para hacer tres más. ¿Con todo ese dinero, podría darse el lujo de no trabajar nunca más? "Eso depende de cuánto tiempo viva", responde con una lógica impecable (Hugh tiene 48 años). "Si me atropella un bus en una semana más, la respuesta sería 'sí"'.
Por ahora el actor pasa nueve meses al año en un departamento que arrienda en Los Angeles - lejos de su mujer y de sus tres hijos que viven en Londres- grabando 15 horas al día y, a veces, seis días a la semana. "Es como estar dentro de una jaula dorada. Pero todo en la vida tiene un lado bueno y uno malo. Tengo seguridad, que es algo que muchos actores no tienen, pero, claro, es a costa de mi libertad". En todo caso, tiene sus compensaciones. "El sur de California es precioso. Es un placer irme al trabajo (en su moto Triumph) a las cinco y media de la mañana", dice.
Irónico, pesado y en control. Sus hijos tienen 19 y 17 años y su hija 14. Con otras tres temporadas y media más de "Dr. House" por grabar, es probable que su familia se mude a California. "Me ha costado mucho adaptarme a la idea de que la serie va a durar. Durante el primer año me alojé en un hotel. Los otros actores de la serie firmaban créditos para sus casas y yo decía: 'Están locos. Esto sólo va a durar un mes'. Nunca desempaqué mis cosas. Literalmente. Supongo que es una forma de pesimismo: si una cosa va bien, pienso que es sólo cuestión de tiempo, tic tac, para que se acabe".
Su pesimismo, casi depresivo, es algo en lo que se han centrado muchas de las entrevistas que le han hecho. Por eso le pregunto si su éxito en Estados Unidos le ha hecho sentirse menos miserable. "Espero que no. No quiero dejar de lado mis raíces", responde con ironía. Y hay algo de verdad en su constante sarcasmo. Cuando le pregunto si tiene amigos en L.A. y él responde "no tengo amigos", estoy seguro de que eso no es cierto (con el comediante Stephen Fry son muy cercanos), sí creo que no es fácil acceder a él. Es algo así como un solitario, un tipo autosuficiente al que le gusta estar siempre en control. "No tanto en control de los demás, sino de mí mismo", admite. Por eso mismo, casi no toma alcohol. "Creo que nunca he estado completamente fuera de control".
- Deduzco entonces que no le gustan las entrevistas...
"No, pero ¿a quién sí? Uno está en una posición muy vulnerable. Es como estar poniendo mis testículos en una tabla de cortar. Bueno, no una tabla de cortar, esa no es una imagen muy bonita. El tema es que me preocupan muchas cosas. Soy muy ansioso. No puedo dejar de pensar en todo, todo el tiempo. Y lo destructivo de eso es que siempre es en retrospectiva. Pierdo mucho tiempo pensando en lo que debería haber dicho o hecho. Estoy en una entrevista como ésta y digo 'no debería haber mencionado a mi siquiatra'. Parece que no aprendo".
- Bueno, ya que mencionó a su siquiatra, ¿con qué frecuencia va?
"Una vez a la semana. Hace tiempo que voy y aunque odio usar la palabra estrés - porque claramente no es tan estresante como estar en Bagdad- la terapia me llega profundamente. Claro que las cosas son estresantes sólo si uno se preocupa de ellas. Creo que fue Marco Aurelio el que dijo: 'Si te angustia algo externo, la causa de ese dolor no depende de la cosa en sí misma sino de la importancia que le des' y eso es algo que uno tiene el poder de revocar en cualquier momento".
- ¿Y de qué está tan preocupado? ¿De su actuación?
"De todo, en realidad. Soy muy jodido. Me meto en todo. Tengo ideas preconcebidas sobre cómo una parte debe ser actuada, de los detalles psicológicos... Para mí actuar es como una pieza de música, y soy muy jodido con la música".
De hecho, en los tres meses de pausa que hubo en la grabación de "Dr. House" (por la huelga de guionistas en Hollywood), él aprovechó de estudiar piano en Londres. "He estado practicando un par de horas al día. Intentando sacar melodías que no había podido interpretar antes. Si pudiera, estaría en eso diez horas. Me encanta, pero tengo un problema en el cuello y me duele".
- ¿Es cierto que es virtuoso?
"No. Eso es una tontería. Una completa tontería".
Actuando de sí mismo. Uno de los rasgos más atractivos de Laurie es que, si bien puede tocar una composición de Rachmaninov o hablar de filosofía, tiene suficiente confianza en sí mismo como para citar también elementos de la cultura popular como Stephen King, "Friends" o Michael Caine.
- ¿Cuánto de actuación hay en "Dr. House"?
"Mucho. Estoy trabajando muy duro. Soy consciente de cada gesto".
- ¿Por qué cree que este personaje que no es muy agradable ha llegado al corazón de la gente?
"Porque es muy simpático, no es sólo bueno. A uno no sólo le agrada la gente porque sea buena. Él es divertido, sincero y muy bueno en lo que hace. Si yo lo conociera, me caería bien. Pero ¿sabes?, me siento absurdo hablando de un personaje de ficción, así es que mejor paro".
Hugh Laurie cree que el hecho de que su padre haya sido médico es una ironía. "A mí me pagan, no sé, cinco veces más que a él por actuar de médico", dice. Laurie nació en Oxford en 1959 y es el menor de cuatro hermanos. Su madre, Patricia, murió cuando él tenía 29 años, y su padre, hace 10. Con él solía practicar remo, pero su actual hobby es el boxeo. "No sé si estoy buscando afirmar mi masculinidad, pero hay algo ahí en el boxeo, una sensación de que los tipos se están probando a sí mismos".
En lo que Hugh Laurie sí se prueba a sí mismo cada día, es en la interpretación de Gregory House. Según él, tiene que esforzarse mucho para poder encarnarlo, entre otras cosas, porque siendo inglés, tiene que hablar como norteamericano. Con su personaje, asegura, "comparten ciertas características". La más destacada es, a mi juicio, la que hace que tanto Laurie como House sean atractivos: la inteligencia; la convencional y la emocional (el conocimiento de sí mismo). Quizás los años de terapia estén dando frutos. Él parece ser un hombre que piensa sobre la vida con mente clara, y que ha desarrollado la capacidad (y la maldición) de identificar las dos caras de la moneda en cualquier situación. Como escribió su autor favorito, Stoic: "Para el sabio, la vida es un problema; para el tonto, una solución"."
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