jueves, 24 de julio de 2008

Una Buena Tarde. . .

Para pasar una buena tarde, no se necesitan grandes cosas. He comprobado que la mayoría de las mejores tardes que he tenido en los últimos años tienen tres cosas en común: Gente que quiero, mucha conversa y un buen café.
Esta semana tuve una de esas tardes, es increíble como pasan las horas cuando se está en buena compañía. Me encontraba en un café en frente del parque forestal con un gran amigo, uno de esas personas que aunque pasen los años siempre están presentes de alguna forma en nuestra vida, es algo raro, pero siguen ahí por que han sido capaces de tocar nuestro corazón.
Hacia frió, pero de todas formas nos sentamos afuera, ya que junto con conversar, mi amigo le agrega muchos cigarros a su café.
Sin darme cuenta pasaron casi tres horas riéndonos, recordando, poniéndonos al día con aquello que nos pasa, soñando, etc, etc, etc. pasando por tantas sensaciones y sentimientos en cada relato. Comenzó a oscurecer y el frío se hizo mas intenso, por lo que decidimos partir. Mientras caminábamos hacia el metro, iba con la sensación de que esas tres horas habían sido fantásticas, tres horas en las que me sentí tranquila, segura y contenta, tres horas que son una inversión de contribuir a una amistad que después de 11 años sigue viva, y resiste aun a todas las vueltas de este mundo, y que los abrazos de despedida no nos tan así, sino que son abrazos que dicen: "recuerda que te quiero y estoy aquí".
Aveces es mas fácil de lo que se cree disfrutar de la vida.

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